La directora Natalia Imery Almario presenta en cines ‘Dopamina’, su primer largometraje documental, en el que hace una retrospectiva de su vida y a través de conversaciones con su círculo más cercano, las presenta al espectador. Esta también es una película sobre la familia, la llegada de la vejez y con ella enfermedades tan difíciles como el Parkinson.
Durante el filme, la directora revela los problemas comunes que existen entre miembros de la familia de distintas generaciones por causas en las que se creen firmemente. Mientras durante su juventud ellos hicieron parte de grupos políticos de izquierda en búsqueda de una sociedad más equitativa, ella lo hace ahora desde las preguntas sobre la identidad sexual y de género, llenas también de violencia física y simbólica. Ahonda en el respeto a las decisiones personales y sobre las diferencias generacionales que solo pueden superarse a través del diálogo respetuoso, donde el entender tiene más valor que el imponer.
“Cuando le conté a mis padres que me gustaban las mujeres, algo cambió radicalmente, fui comprendiendo con el tiempo la responsabilidad de esa decisión, en una sociedad que no está del todo lista para albergar nuevas búsquedas de identidad, decisiones sexuales y amorosas diferentes. Las preguntas que mis padres se hicieron por mi decisión han sido infinitas y los han cuestionado desde muchos lugares. Surgió entonces dentro de mí, un interés profundo en entender los cambios de paradigmas ideológicos y culturales que había entre la generación de mis padres y la mía. Dopamina contiene el alma del proceso interior que hemos vivido”. Natalia Imery, directora.
‘Dopamina’ nació hace varios años como proyecto de tesis de la escuela de Comunicación Social de Univalle, asesorada por Oscar Campo Hurtado, programador del cineclub Caligari, en Lugar a dudas, espacio de arte contemporáneo donde por varios años Natalia escribió y proyectó las películas de cine de no ficción.
@gonzalezcrisd
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