Es el segundo álbum de estudio de la banda colombiana Lika Nova, «No hay mal que dure una vida» muestra la nueva faceta artística de la agrupación.
Siguiendo la premisa: “bailar es el acto más subversivo contra la tristeza”, las canciones del álbum hablan sobre momentos difíciles por los que puede atravesar una persona: desamor, las relaciones y las declaraciones que no se dan, hacen parte de las temáticas tratadas en el disco, buscando inspirar para enfrentarse a estos momentos, en bailar y disfrutar el fluir de la vida.
El disco fue producido por Pedro Rovetto en Estudio Naranja. Mezclado por él y masterizado por Camilo Silva. Las dos colaboraciones (Pilar Cabrera y Naïa Valdez) fueron mezcladas y masterizadas por Tomás Suarez y Juan Camilo Rivas.
@gonzalezcrisd
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